martes, 19 de diciembre de 2006

¿Honores?

Debían cremarlo unas horas antes para que sufriera en carne propia una pequeñísima, infinitamente más pequeña, dosis del dolor que por su orden directa padecieron mujeres y hombres, niños y adultos, sanos y enfermos, nacionales y extraños, propios y ajenos, importantes y silvestres.

Dolor por muerte, dolor por tortura, dolor por ahogo, dolor por asfixia, dolor por violación, dolor por aplicaciones de electricidad, dolor por no delatar, dolor por tener una rata viva introducida en la intimidad de su sexo, dolor porque le arrancaron las uñas, los ojos, los testículos, dolor por oír gritos de muerte en la celda vecina, dolor por la novedosa crueldad inventada, dolor por la solidaridad, dolor por el dolor.

Y cuando, finalmente, entrega su alma envilecida al destructor, los herederos de su robada inconmensurable e inmoral fortuna, los cómplices y alcahuetes beneficiarios del usufructo de una cruel dictadura, con ayuda de amarillentos periodisteros, se ponen a reclamar histéricos que le hagan honores, aunque sea de Jefe de Estado¡.

Para indignidad de las Fuerzas Armadas, que aún conservan las viseras manchadas de sangre ajena, le otorgan honores de Jefe de no se qué rama ¿y aún se sienten inconformes?

¿Honores por conspirar y traicionar al engañado Presidente que le entregó su confianza por su servil sumisión?

¿Honores por convertir el Estadio en una inmensa cárcel-cementerio donde le cortaron las manos a un cantautor para silenciar su música?

¿Honores por disponer que desde aviones en el aire lancen al mar para ahogar las ideas y a los que pensaban?

¿Honores por haberse convertido en alfombra teñida en sangre de los terroristas de la Casa Blanca?

¿Honores por haber robado un centenar de asquerosos dólares por cada chileno muerto y depositarlos en la banca extranjera?

! Qué clase de honores reclaman para un traidor, sicópata, asesino, mercenario, farsante, hipócrita, cobarde¡

Alfredo Vera (Quito - Ecuador)

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