domingo, 3 de junio de 2007

PATIÑO Y EL MERCADO

Algunos de los adversarios de Ricardo Patiño, Ministro de Economía, han esgrimido, con total desparpajo, un argumento para criticarlo y condenarlo, que debe analizarse para descubrir la verdadera esencia de la rabia por lo acontecido con el pago de la deuda externa, donde la grabación de un video clandestino se convierte en el epicentro del show, argumento que tiene que ver con las afectaciones o perjuicios “al mercado”.

Esos adversarios son los fanáticos defensores del mercado, cuya ideología es la neoliberal y sus dioses se ubican en las transnacionales; su estructura operativa es el capitalismo, su meca: el imperio norteamericano y todo lo que concierne a naciones, a estados y a ciudadanos, comienza, pasa y termina por las leyes de la oferta y la demanda.

Para ellos todo, desde la religión, pasando por la soberanía y terminando con la cultura, todo, absolutamente todo, es una mercancía, por lo tanto se vende y se compra.

Los manipuladores del mercado (dueños del dinero y sus testaferros) consideran que Patiño es un irreverente, un sacrílego, un blasfemo por haber actuado sin someterse a las normas conductuales sujetas a las leyes del sacrosanto mercado.

La historia de las incidencias del mercado en la tragedia de los pobres que habitan en el tercer mundo (y que no deja de latiguear a los pobres del primer mundo) tiene su máxima insignia en la deuda (pública, privada, interna, externa, flotante, anclada, individual, colectiva) que es uno de los dogales básicos con que los mercaderes dominan al mundo, a las colectividades, a los individuos.

Si el gobierno de Correa, a través de su Ministro Patiño, anuncia que su prioridad no es el pago de la deuda externa; si habla de que hay una deuda ilegítima; si uno de sus orígenes políticos es el movimiento “Jubileo 2000” (cuestionador de la deuda externa); estos son algunos de los elementos que lo convierten en sujeto peligroso, al que debe ponérsele, como corta providencia, un esparadrapo en la boca y un amarre en las manos.

¿Cómo pudo Patiño “permitir” que los especuladores que se beneficien de sus políticas sean venezolanos y no estadounidenses o ecuatorianos?

¿Cómo Patiño pudo permitir grabar un video en que se revelen los misterios gozosos de los negocios en torno al pago de la deuda externa?

¿Cómo pudo poner nerviosos a los que tienen dinero para especular?

Malo, malo, para el “prestigio” del Ecuador en el mundo de la especulación, que Patiño permita que las entre-telas de la industria de la chulquería se divulguen para conocimiento de la chusma, que forma parte de la cholocracia.

Alfredo Vera. (Quito - Ecuador)